Para la preparación de los biopreparados se deben elegir materiales baratos y fáciles de conseguir en los huertos o predios de los agricultores. Generalmente se aprovechan materiales de desecho que se reutilizan como: baldes, coladores, telas o mallas para filtrar y separar, embudos, botellas, bidones, tanques, mangueras, morteros, cuchillas y machetes.
Para su uso, los biopreparados pueden aplicarse puros o diluidos en agua, que cumple la función de vehículo de los principios activos. Se aplican a las hojas y tallo, con el riego al suelo de cultivo. Deben ser fáciles de preparar y adaptados a la realidad de cada agro ecosistema.
Recolección, Secado y Conservación del material vegetal básico para la elaboración de biopreparados
Las plantas que se utilizan para elaborar biopreparados no suelen encontrarse todo el año en forma fresca, por lo que se deben cosechar cuando poseen el mayor nivel de concentración de sus nutrientes y conservarlas en buen estado para la elaboración de los biopreparados. Hay momentos únicos, por ejemplo cuando la parte de la planta que utilizamos es la flor, ya que esto ocurre por períodos muy limitados en el año.
Recolección. Para recolectar las plantas de la mejor manera se debe saber saber con claridad que parte se utilizará: flor, fruto, hoja o raíz, y elegir el mejor momento para su recolección:
- Si son hojas: se deberán recolectar justo antes que las flores estén completamente abiertas
- Si son flores: antes de abrirse completamente
- Si son raíces: al final del periodo de crecimiento
- Si son frutos: en el momento de la madurez
En la recolección es importante elegir plantas que se encuentren vigorosas y en buen estado sanitario,
cuidando que el lugar de recolección sea seguro y se encuentre alejado de fuentes de contaminación (por plaguicidas, carreteras, etc.). Si fuese necesario, limpiar las plantas de impurezas antes de secarlas y conservarlas.
Secado. También se debe saber que parte de la planta se va a secar:
- Cuando son las raíces u hojas se pueden secar al sol;
- En cambio las flores u hojas blandas, se deberán secar a la sombra, en lugares aireados y secos, a menos de 30ºC (ya que el sol y el calor volatilizan los aceites esenciales que en muchos casos poseen propiedades). Se pueden secar sobre catres de lienzos, medias sombras, mallas metálicas o sobre papel, cuidando de remover cada tanto para airear. También se pueden hacer manojos y colgarlos en lugares secos y aireados. Las plantas deben conservar un porcentaje mínimo de humedad, y mantener su color verde. El color amarillo es indicativo que ha perdido sus propiedades.
Conservación. Se deberán guardar en bolsas de papel o en frascos con tapa hermética, en lugares frescos, secos y oscuros, identificando la planta (nombre, lugar y fecha de recolección).
Recomendamos utilizarlas dentro del siguiente año a la recolección, dado que luego pueden perder sus principios activos.
Extractos
Se elaboran extrayendo el líquido a las flores con propiedades insecticidas, repelentes de insectos o controladoras de enfermedades, mediante prensado. Se utilizan flores frescas, en lo posible recién abiertas. Se cortan, humectan, empastan con la ayuda de algún mezclador y se le extrae el líquido El extracto se debe conservar en un frasco preferentemente oscuro. Siempre debe utilizarse diluido. Un ejemplo muy común es el extracto de Manzanilla (Matricaria chamonilla) que protege a las plantas de hongos e insectos chupadores.
Infusiones
Se preparan de la misma forma en la que se prepara un mate o un té de hierbas, sumergiendo en agua hirviendo las partes tiernas de las plantas como flores y hojas para extraer sus sustancias activas.
Decocción
Se preparan haciendo hervir, no más de 30 minutos, las partes duras de las plantas cómo las hojas coriáceas, la corteza de árboles, las raíces, semillas, cáscaras, etc. para extraer sus sustancias activas.
Purín
Dependiendo de la forma como se preparan pueden ser de fermentación o en fermentación. Los purines de fermentación se preparan a partir de estiércoles, plantas, hierbas o restos vegetales que pueden ser enriquecidos con algún compuesto mineral como por ejemplo cenizas. Los purines aportan enzimas, aminoácidos y otras sustancias al suelo y a las plantas, aumentando la diversidad y disponibilidad de nutrientes. También aportan microbios que actúan transformando la materia orgánica del suelo en nutrientes para las plantas. Los purines en fermentación se preparan sumergiéndolas en agua por el término de cuatro a siete días. Si se deja el preparado al sol ayudará a su descomposición. En este período comienzan a actuar hongos, bacterias y levaduras que desprenden enzimas, aminoácidos y nutrientes que son utilizados por las plantas.
Macerado
Pueden prepararse con plantas o insectos. Los macerados elaborados a partir de plantas pueden utilizar plantas frescas o secas colocadas en agua durante no más de 3 días cuidando que no fermenten. Por su parte, los macerados elaborados a partir de insectos se basan en el principio de inoculación de enfermedades. En este caso, el insumo o ingrediente es el insecto que causa el problema. El proceso de fermentación actuará como caldo de cultivo de las enfermedades o parásitos que posee el mismo y se utiliza para controlar plagas de la misma especie con la que se elabora el preparado. Al aplicarle el preparado resultante a la plaga, se le está sembrando sus propias enfermedades.
Caldos
En la agricultura ecológica se ha utilizado esta denominación para referirse a los caldos minerales. Es la forma de diluir en agua compuestos o elementos minerales, de manera de hacerlos solubles y aprovechables por las plantas. En su mayor parte poseen propiedades para actuar en el manejo de enfermedades transmitidas por hongos. El mas conocido es el Caldo Bordelés.
Decocción
Se preparan haciendo hervir, no más de 30 minutos, las partes duras de las plantas cómo las hojas coriáceas, la corteza de árboles, las raíces, semillas, cáscaras, etc. para extraer sus sustancias activas.
Purín
Dependiendo de la forma como se preparan pueden ser de fermentación o en fermentación. Los purines de fermentación se preparan a partir de estiércoles, plantas, hierbas o restos vegetales que pueden ser enriquecidos con algún compuesto mineral como por ejemplo cenizas. Los purines aportan enzimas, aminoácidos y otras sustancias al suelo y a las plantas, aumentando la diversidad y disponibilidad de nutrientes. También aportan microbios que actúan transformando la materia orgánica del suelo en nutrientes para las plantas. Los purines en fermentación se preparan sumergiéndolas en agua por el término de cuatro a siete días. Si se deja el preparado al sol ayudará a su descomposición. En este período comienzan a actuar hongos, bacterias y levaduras que desprenden enzimas, aminoácidos y nutrientes que son utilizados por las plantas.
Macerado
Pueden prepararse con plantas o insectos. Los macerados elaborados a partir de plantas pueden utilizar plantas frescas o secas colocadas en agua durante no más de 3 días cuidando que no fermenten. Por su parte, los macerados elaborados a partir de insectos se basan en el principio de inoculación de enfermedades. En este caso, el insumo o ingrediente es el insecto que causa el problema. El proceso de fermentación actuará como caldo de cultivo de las enfermedades o parásitos que posee el mismo y se utiliza para controlar plagas de la misma especie con la que se elabora el preparado. Al aplicarle el preparado resultante a la plaga, se le está sembrando sus propias enfermedades.
Caldos
En la agricultura ecológica se ha utilizado esta denominación para referirse a los caldos minerales. Es la forma de diluir en agua compuestos o elementos minerales, de manera de hacerlos solubles y aprovechables por las plantas. En su mayor parte poseen propiedades para actuar en el manejo de enfermedades transmitidas por hongos. El mas conocido es el Caldo Bordelés.
Aplicación y dilución de los biopreparados
Cuando el estado puro del biopreparado puede resultar tóxico para las plantas a las que se le aplica es recomendable diluirlo. Es frecuente realizar diluciones en purines, infusiones y macerados agregando agua antes de su aplicación. El grado de dilución variará con el grado de concentración del principio activo.
Recomendaciones para elaborar y aplicar los biopreparados
Para su preparación y manipulación posterior (almacenamiento y
aplicación) se deben utilizar elementos de protección como guantes,
barbijos, mandil, etc.
Evitar aplicar infusiones o decocciones los días de lluvias, nublados o de gran insolación. Cuando se use estiércol, estar seguros que el mismo sea fresco porque será más rico en Nitrógeno y microorganismos. Evitar el uso de estiércol proveniente de animales alimentados en confinamiento por su alto contenido en antibióticos.
El agua utilizada debe ser lo mas pura posible, como por ejemplo el agua de lluvia recolectada por nosotros mismos. No se recomienda utilizar agua potable porque contiene cloro y flúor. Si no se tiene otra alternativa, es conveniente dejar reposar el agua potable al menos una hora antes de usarla.
Para su elaboración se recomienda utilizar recipientes de cemento o de plástico evitando los recipientes metálicos que producen reacciones químicas y la corrosión de sus paredes.
Una vez elaborados, los biopreparados no deben recibir luz directa para evitar que sus compuestos se degraden. Para su almacenamiento (cuando esto es posible) se recomienda utilizar envases oscuros y no corrosivos y guardarlos en habitaciones secas y ventiladas.
Durante su elaboración y almacenamiento, se debe cuidar que los recipientes queden cerrados para evitar que los preparados puedan diluirse con agua de lluvia o recibir impurezas que afecten su eficiencia.
Cuando se adicionen elementos (por ejemplo cenizas) es recomendable hacerlo de manera gradual y lenta, para perturbar lo menos posible el proceso que se desarrolla.
Se recomienda adicionar a los biopreparados ralladura de jabón sin olor para facilitar su fijación a la superficie de las plantas a las que se aplica.
En líneas generales, se debe tener en cuenta que las infusiones y caldos se deben utilizar lo más pronto posible a su elaboración, preferentemente dentro de las 24 horas de elaborados. Los macerados y decocciones dentro de los 3 meses, mientras que los purines conservan sus propiedades hasta 6 meses.
Recomendaciones para elaborar y aplicar los biopreparados
Para su preparación y manipulación posterior (almacenamiento y
aplicación) se deben utilizar elementos de protección como guantes,
barbijos, mandil, etc.
Evitar aplicar infusiones o decocciones los días de lluvias, nublados o de gran insolación. Cuando se use estiércol, estar seguros que el mismo sea fresco porque será más rico en Nitrógeno y microorganismos. Evitar el uso de estiércol proveniente de animales alimentados en confinamiento por su alto contenido en antibióticos.
El agua utilizada debe ser lo mas pura posible, como por ejemplo el agua de lluvia recolectada por nosotros mismos. No se recomienda utilizar agua potable porque contiene cloro y flúor. Si no se tiene otra alternativa, es conveniente dejar reposar el agua potable al menos una hora antes de usarla.
Para su elaboración se recomienda utilizar recipientes de cemento o de plástico evitando los recipientes metálicos que producen reacciones químicas y la corrosión de sus paredes.
Una vez elaborados, los biopreparados no deben recibir luz directa para evitar que sus compuestos se degraden. Para su almacenamiento (cuando esto es posible) se recomienda utilizar envases oscuros y no corrosivos y guardarlos en habitaciones secas y ventiladas.
Durante su elaboración y almacenamiento, se debe cuidar que los recipientes queden cerrados para evitar que los preparados puedan diluirse con agua de lluvia o recibir impurezas que afecten su eficiencia.
Cuando se adicionen elementos (por ejemplo cenizas) es recomendable hacerlo de manera gradual y lenta, para perturbar lo menos posible el proceso que se desarrolla.
Se recomienda adicionar a los biopreparados ralladura de jabón sin olor para facilitar su fijación a la superficie de las plantas a las que se aplica.
En líneas generales, se debe tener en cuenta que las infusiones y caldos se deben utilizar lo más pronto posible a su elaboración, preferentemente dentro de las 24 horas de elaborados. Los macerados y decocciones dentro de los 3 meses, mientras que los purines conservan sus propiedades hasta 6 meses.